Se acerca el final de la primera evaluación, con el las deseadas vacaciones de navidad, pero también, en algunos casos, la temida entrega de notas. Esa parte para algunos padres, deja un sabor agridulce en estas fechas. La pregunta cuando nos entregan nuestros hijos las notas es ¿Cómo me comporto? Estas dudas surgen tanto con los aprobados como con los suspensos ¿Qué debo hacer a la hora de la entrega de notas?¿Qué importancia debo darlas?
Las notas son una forma de evaluar las competencias que tienen nuestros hijos en las distintas asignaturas, pero en muchas ocasiones no se refleja el esfuerzo que han realizado en esa materia. Aquí os dejamos algunos consejos útiles a a hora de recibir las notas de nuestros pequeños y los que no lo son tanto.
Si han aprobado todas las materias
Muchas veces, cuando esto sucede no hacemos mucho caso a las notas, su deber es aprobar, y por tanto no reforzamos lo que han conseguido. Es más, si alguna de las notas la consideramos un poco baja, les exigimos más esfuerzo.
Es recomendable reforzar y validar su esfuerzo, a todos nos gusta que nos digan que hay cosas que hacemos bien, aunque sea nuestro deber. No tiene que ser algo material, sirve con que les digamos lo contentos que estamos con su esfuerzo y con los resultados obtenidos.
En el caso de que alguna de las notas sea más baja de lo que nosotros desearíamos, no digamos nada, por lo menos en este primer momento, más adelante podemos indagar para saber que es lo que les cuesta de la asignatura. Esto nos permitirá poder ayudarles en aquello que les resulta más complicado.
Si han suspendido alguna asignatura pero sabemos que se han esforzado
En este caso, debemos reforzar el esfuerzo que han realizado, en todas las asignaturas, tanto las aprobadas como las suspensas. No todos tenemos las mismas capacidades y facilidades para todas las asignaturas. Lo importante en estos casos es que, nuestro hijo, no se quede con la sensación de que sus esfuerzos no son válidos y que no sirven para nada. Es importante que les apoyemos y que descubramos cuales son las dificultades con las que se encuentra en esas asignaturas. Es probable que con una pequeña ayuda o refuerzo en esa materia, la próxima evaluación esté aprobada.
Si han suspendido y sabemos que no se han esforzado
Estos casos son los más complicados de manejar por parte de la familia. Lo más importante es que no perdamos la calma ni la compostura. Eternos castigos sin televisión, salir, juguetes, consolas… no suelen ayudar ni evitar que esto vuelva a suceder. Esto no quiere decir que el comportamiento de nuestros hijos no tenga consecuencias, pero busquemos aquella que vayamos a cumplir y que se ajuste a lo ocurrido.
A pesar de esta sanción, tenemos que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos detrás de esta falta de esfuerzo y motivación hay una causa y un problema, es importante que encontremos de que se trata y lo podamos solucionar. Esta será la única manera para conseguir que no se produzcan más suspensos.
Estos son algunos consejos a seguir, lo más importante es que nuestros hijos se queden con la idea de que las buenas o malas notas no define nuestra inteligencia, que no es una medida exacta, de manera que no debe quitarnos nuestras esperanzas ni sueños. Aunque no tengan buenas notas, pueden llegar a hacer grandes cosas en la vida.